¿Decepción o realismo? Así funciona este sector

 ¡Dios! Un artículo largo en este blog… Qué ha pachao aquí!!! Qué buenos recuerdos cuando desde mi cutre-silla y mi PC en Santo Domingo, Rep. Dominicana, me tiraba horas escribiendo esos artículos tan chulos que traía a este blog. Y no es coña, el otro día revisando fotos antiguas me encontré con una en la que se puede ver la silla que usaba para trabajar:

Por esa época ganaba una buena pasta al mes y sin embargo estuve casi un año trabajando en esa silla. ¿Por qué? La verdad es que no lo entiendo, no tiene sentido. Será que hice la mudanza y se me olvidó, me acostumbré. Cuando ya estás acostumbrado a algo así, a lo malo, ni te das cuenta. Lo jodido es pasarte a una silla «to chula y to guapa», como las que gasto ahora, y que te digan que tienes que volver a sentarte en un «zarrio» como el que ves arriba. Cuando catas las mieles de lo exquisito… ¿Qué haríais vosotros, podríais? Yo lo tengo claro. Me sentaría en ese zarrio y volvería a empezar de cero.

Es más, si os fijáis podréis ver el router y un UPS (si no sabes lo que es, link aquí de aff) encima del PC. Este UPS me permitía trabajar durante 15 minutos extra cuando se iba la luz en mi barrio, cosa bastante frecuente (Mirador Norte, Santo Domingo) pese a que vivía a 2 calles de la casa del presidente del Gobierno 🤨. Luego dejaba el router enchufado y podía trabajar una hora extra con el portátil que convenientemente cargaba constantemente. Qué aventuras.

Todo esto que cuento es algo de lo que ni me avergüenzo, ni me enorgullezco especialmente. Simplemente es como eran las cosas en esos momentos. Por suerte ni en ese entonces ni hoy en día he tenido que recurrir a ponerme un croma con una playa del Caribe de fondo, y mira que las tenía a la vuelta de la esquina jeje.

Los tiempos cambian y las personas también cambian de costumbres. El contenido en vídeo me parece mucho más atractivo hoy en día y disfruto más hacerlo así que en texto, pero hoy voy a complementar el vídeo con este post redactado.

A lo que vamos

Hoy quiero compartir con todos vosotros cómo está yendo el curso de nichos gratuitos que lancé el día 17 de marzo (si aún no lo conoces revisa este enlace o mira aquí la lista de reproducción del curso) y mis reflexiones en cuarentena respecto a todo este sector.

Los resultados del curso están siendo espectaculares. Pese a lo que comento en el vídeo, a día 3 de Abril ya estamos acercándonos a los 20.000 usuarios en el curso. ¡20.000! Y he superado las 100.000 visitas en Youtube únicamente en el curso. EN ESE ASPECTO HA SIDO UN ÉXITO ROTUNDO.

El crecimiento del canal se ha disparado y el feedback que he recibido de compañeros del sector es muy positivo. Gran parte de este éxito se debe a Alex Mateo, que me ha ayudado a montar las campañas en Facebook Ads/Instagram. Un crack. Ojito con Facebook Ads, segmentación y funnels, que son mucho más complejos de lo que parece.

Sin embargo parece ser que el esfuerzo que yo le estoy dedicando al curso no está siendo retribuido por gran parte de los alumnos que lo están haciendo. Parece ser un burlón paralelismo con el funcionamiento del capitalismo y del mundo actual. Hay personas que parece que no quieren ser ayudadas, ni gratis. Esto puede hacerte perder la fe, o quizás no. Curiosamente hace pocos días vi la película El Hoyo en Netflix y es difícil no ver representado en cada escena lo que somos.

¿Qué falla en todo esto? ¿No se valora lo que es gratis?

¿Hay que perder las ganas de ayudar de este modo? La respuesta fácil es SÍ, pero la realidad es que NO. Voy a argumentarlo.

Es inevitable que de 100 personas:

1. Habrá 10 o 15 que vayan a lograr resultados con tu curso o sin él, con contenido de pago o contenido gratis, de un modo u otro. Lo van a lograr casi todos. La diferencia es que lo lograrán antes o después, más o menos rápido, y que ganarán más o menos, pero lo lograrán.

2. Habrá 10 o 15 que lo logren gracias a ti y que quizás sin haberte conocido habrían ido por otros caminos. Uno sabe que es real porque conoce estas historias. Yo los he conocido porque me contactan por email, porque te abordan en los eventos y te cuentan sus historias, porque les lees en redes sociales, te envían privados… Igual que hay personas en el sector que fueron parte de mis inicios y por los que comencé en esto (Javier Buckenmeyer o Alex Navarro), lo mismo pasa conmigo, y pasará con los que comenzaron conmigo, y así…)

3. Habrá un gran mayoría que no consiga nada. No porque no tenga la inteligencia necesaria (que no se requiere tanta) sino porque no tiene los cojones de ponerse. Tiene una capacidad increíble para ser convencido y animado en frío y en caliente, para comprar, para adquirir lo que sea que le metan por los ojos. Pero esa capacidad que tiene ahí no se corresponde con su capacidad para luego ponerse a trabajar. Los hay que ni empiezan, pero también los hay que comienzan y en 3 semanas ya se han rendido. ¿Qué cojones hacéis gastando dinero en formación si no habéis resuelto vuestro principal problema, que no es, por supuesto, la falta de conocimiento?

¿Qué sucede realmente?

Cuando la vía de adquisición de alumnos para mi curso gratuito son mis propios suscriptores o la gente que ya me conocía, el % de personas del grupo 1 y 2 es más amplio que del grupo 3. Pero en cuanto «abres el grifo» y empiezas a gastarte pasta en Facebook Ads, Google Ads (Youtube) y demás, te das cuenta de lo fácil que es ganar pasta a chorros, a borbotones…

  • Y los que venden mierda lo saben perfectamente.
  • Y los que venden basura conocen los 3 grupos que os he mencionado más arriba. Y les suda la polla, totalmente, que el 99,9% de la gente que compra su curso sea del grupo 3.
  • Y les suda la polla, totalmente, tener porcentajes de devoluciones de hasta el 10 % o el 15%, porque han puesto la máquina de generar a funcionar, y los beneficios son brutales.
  • Y les suda la polla la comunidad, la amistad, todo. Con que saquen 3 o 4 «casos de éxito» para el segundo lanzamiento van sobrados.

Esta gente perdió la fe hace mucho. Sabe cómo funciona todo esto y sabe que la gente es de naturaleza vaga, y que la mayoría no van a lograr nada. Es totalmente consciente de este problema y lo asume como parte del juego, PERO, no hace nada para intentar cambiarlo, pese a ser totalmente conscientes de que la gran mayoría de la gente está tirando el dinero a su buzón a cambio de una ilusión, o de 4 gilipolleces etéreas que podrías recopilar en buscadores o páginas webs gratuitas. ¿La culpa es del que tira el dinero, o del que le vendió la moto? La culpa es de los dos, hay responsabilidad por ambos lados, pero el que se está llenando el bolsillo eres tú, HDP.

Qué puto negocio mas redondo. Una «estafa» legal. En la mayoría de los casos el funnelizado comprador termina de consumir lo que ha comprado y ni siquiera es consciente de que se han reído en su cara, de que le han «tongao». Se siente más motivado que nunca pero él no había comprado un curso de autoayuda, ni el vendedor era un psicólogo colegiado. Le han tongao y él encima ha quedado tan feliz. Y si no ha caído en toda la parafernalia y le ha visto el plumero, reembolso garantizado y pleno, sin impedimento alguno. Mejor devolver la pasta a que te desmonten el chiringuito en Google cuando te busquen. Es lo más parecido a que te metas en una secta. Sentimiento de aprobación y pertenencia por todos lados, pero si te pones a indagar ahí solo hay: o bolsas de sangre o vampiros, y tú no tienes colmillos, gilipollas.

¿Cuál es nuestra responsabilidad como vendedores?

No vender humo. Hablar con sinceridad y ser realista. No me sirve que lo pongas en el disclaimer, que lo comentases en un tweet del 2012, en un post perdido en tu blog, en un vídeo de hace 7 meses… Tienes que ser realista en tu landing page. No le digas que le vas a cambiar la vida, que va a cumplir sus sueños. No le digas que 9 de cada 10 personas lo habrían hecho. No juegues con el marketing emocional de forma tan insultante. No le engañes desde el principio diciéndole que el producto antes valía el triple, cabronazo. ¿Y luego yo soy el blackhatero cabrón que hace spam? Tócate los cojones, Mariloli.

Intente ser vehemente, pero no vendemotos. Se técnico, sé conciso, como lo son muchos en el sector, como lo es mi buen amigo Tato de seovalladolid. No es tan difícil, joder.

Quizás tu producto no es tan malo como la gente dice, quizás hasta no está mal y se aprenden cosas chulas. El problema no está ahí. El problema está en lo que has hecho para vendérselo a la gente. Indignante es como un día en un evento, un asistente me contaba como en una comida de negocios los presentes se jactaban de que si quisiesen… Podrían vender a su comunidad un silbido por «x» euros, y ante la risa y cachondeo generalizados, procedieron a hacerlo consiguiendo rápidamente un comprador. Os seré sincero: habría escupido en el plato de cada uno de esos hijos de puta.

Yo no soy un corderito precisamente, no hace falta que lo diga. Pero hay líneas que no se deben cruzar sobre todo cuando tratas con personas. Que nos separen 2 pantallas no significa que debamos tratar a la gente como cachos de carne con ojos. Si perdemos la esperanza con este mundo y con nuestra propia gente… ¿Que nos queda?

PD: Esta reflexión no está basada en ninguna persona en específico, es una reflexión general del sector.

PD2: Si queréis comentar, hacedlo en el vídeo.

PD3: No veáis lo a gusto que me he quedado, jajajaja.